Terminar un año, cerrar un ciclo, hacer balances, deben implicar fundamentalmente a nuestro pensamiento crítico. Es imposible que algo sea enteramente terrible o íntegramente perfecto... ambas posturas muestran una limitación para leer la realidad.
Seguramente el vivir y atravesar situaciones infelices es doloroso, pero en tanto y en cuanto uno no se eleve por sobre ellas y se pueda visualizar qué oportunidades ofrecen no les daremos sentido.
Por eso no despidamos al 2014 con tristeza por dejar un año muy feliz o muy triste, Pensemos en el pasado como fuente de sabiduría y en el futuro como trampolín para un salto a algo diferente... todo es posible, nada es imposible...
Qué nuestras ideas se transformen en instrumentos de cambios verdaderos!!!!
Feliz fin y feliz inicio!!!!
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