15 febrero 2017

La Resiliencia del NO.

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Este magnífico aporte de Fernando Véliz Montero (autor esencial en la resiliencia organizacional y un generador de espacios y tópicos de reflexión, no solo a nivel institucional sino también a nivel personal e individual) despertó en Espacio R el interés en pensar en una Resiliencia del NO.

Partimos desde la base de que los "NO" son los que normalmente traban, impiden, obstaculizan, tal como Fernando lo presenta en su página de Facebook. Eso es indiscutible y no se cuestiona ni se pone en duda.

Pensamos en esas circunstancias donde decir "NO" es generador de resiliencia, de salud, de un estado de ánimo y de pensamientos más salugénicos, que nos permitan separarnos de posicionamientos omnipotentes, peligrosos o perjudiciales.

Cuando en lo personal le decimos "NO" a:
Pensamientos negativos, que aparecen en nuestras reflexiones íntimas que tergiversan la realidad, provocando nuestro alejamiento de la verdad. (Introspección y Pensamiento crítico).
Al temor a equivocarnos y al ridículo y nos lanzamos a la acción con pasión y alegría. (Creatividad y Humor).
A entablar o continuar con relaciones peligrosas o perjudiciales con personas que no quieren nuestro bienestar, a la dependencia afectiva patológica. (Capacidad para relacionarse e Independencia).
A los miedos, a los fracasos antiguos, a la abulia de quedarnos siempre en el mismo sitio y sin cambiar nada, a la inacción. (Iniciativa).
A las tentaciones, a las ambiciones desmedidas, a los excesos. (Moralidad).
A los juicios negativos y determinantes de los otros y propios que nos impiden ser, avanzar, crecer. (Autoestima).
... crecemos en resiliencia individual desarrollando los pilares de la misma que garantizan esta condición y esta capacidad.

Cuando le decimos "NO" a:
Considerarnos seres indefensos, inferiores o débiles, malos o pusilámines. (Yo soy).
A los miedos que nos impiden comunicarnos con otros, pedir ayuda o contar lo que nos pasa. (Yo puedo).
A los estados de ánimo perjudiciales que nos debilitan la esperanza y la confianza en el futuro y en los demás. (Yo estoy).
A la falta de visión y de conciencia de contar con otras personas que nos quieren y ayudan, a la indiferencia frente a las redes de ayuda. (Yo tengo).
A la inacción, a la pasividad y a la indolencia (Yo hago).
... estamos dejando aflorar a las fuentes de la resiliencia que desde y hacia nuestro contexto y ambiente nos permiten interactuar positiva y activamente con otros significativos, con tutores de resiliencia.

Cuando le decimos "NO" a:
la corrupción, a la injusticia, a culturas y valores invasoras o impuestos que quitan libertades, al autoritarismo, a la insensibilidad social, a la tristeza colectiva... estamos generando resiliencia comunitaria.

Cuando le decimos "NO" a:
Valores disruptivos y negativos, a la falta de memoria y al olvido, a la aceptación de formas de vida ajenas y patogénicas, a la falta de recuerdos familiares y sociales, a la indiferencia a nuestras tradiciones que nos hacen uno con otros y a los símbolos que unen, a la negación de sinergias grupales y colectivas que nos constituyen en partícipes activos de nuestro presente y de nuestro futuro, a la deseducación de los niños, de los adultos y de los viejos en una desculturalización que anos hace anónimos y mudos, a la indiferencia por nuestra historia que nos impedirá modificar el presenta para mejorar e futuro... estamos construyendo resiliencia sociocultural.

A esa resiliencia del "NO" nos referimos, que no es el "no te metás", esa resiliencia que es el grito sagrado de nuestras libertades y derechos, diciendo "NO" a todo lo que las impide. Esa resiliencia del "NO" también implica una resiliencia del "SI" a nuestras obligaciones y responsabilidades a las que no podemos renunciar y que tenemos que asumir, con conciencia y compromiso.