13 julio 2017

Ciencia compartida, resiliencia sociocultural.

En un encuentro entre estudiantes del nivel secundario del Gran Buenos Aires, la investigadora colombiana la Dra. Patricia Granada, explicaba la importancia de la socialización de los conocimientos, de las investigaciones científicas, de la generosidad del investigador que abre su trabajo a otros. Atentos los jóvenes miraban extasiados a esta pequeña mujer, en cuanto a su contextura física, pero enorme en su dimensión personal y profesional. La observaban, seguían sus condimentados relatos sobre la vida concreta de un médico, las pasiones y entusiasmos de un investigador, los dolores humanos de quien ve en la realidad no sólo problemas científicos a plantear, a formular y a indagar, sino personas sufrientes que merecen que la ciencia esté al servicio de sus dificultades, al servicio de la búsqueda de soluciones reales y concretas. Las Ciencias Humanas están para ello, y para ellos.

Hoy se encuentra este texto en una red social y el círculo de reflexión se cierra, dos puntas de un hilo casi infinito se unen para anudarse y ser más fuerte:

"Queridos colegas: Les comparto la investigación "Portación de armas en la escuela: Procedimientos usuales frente al problema en el periodo 2005-2007" Si bien refiere al periodo 2005-2007, y las formas de abordar situaciones de este tipo han cambiado, creo que en el documento pueden encontrar información de gran utilidad para analizar en el 2017. En caso de estar con poco tiempo para leer, les recomiendo la sección conclusiones en la página 96. Pueden ver la investigación en la home de www.anaprawda.com"

Qué orgullo tener este tipo de investigadoras, mujeres, bravías y apasionadas, luchadoras por un mundo mejor desde la academia, desde la teoría pero siempre mirando al mundo concreto, siempre caminando calles comunes, siempre hablando con la gente, siempre observando y analizando realidades para que esta tan famosa Ciencia de su palabra con un sentido realista y práctico.

Los universos "teoría-empiria" están unidos. Gracias a la generosidad, a la amplitud, a la apertura los futuros investigadores del mañana, los jóvenes de hoy pueden conocer, preguntar y valorar a la ciencia como esa actividad humana que trabaja para mejorar la realidad.

Gracias a  Patricia Granada y a Ana Prawda por sus trabajos y desarrollos profesionales y por sobre todo por la calidad de personas que poseen.

Ciencia compartida y abierta, resiliencia sociocultural asegurada.

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