27 agosto 2021

Agroecología/Resiliencia Eco-sistémica: co-construyendo el presente.

Jugar con verbos es generar pensamiento crítico, sobre todo en momentos urgentes y apremiantes. Los tiempos verbales nos ayudan a reflexionar y a hacer. 

El futuro es incierto: la incertidumbre "coptó" el presente y archivó el pasado. Indudablemente, los modos y las formas de hacer que usamos hasta ahora, en el mejor de los casos no sirvieron y en el peor fueron perjudiciales.

La pandemia del COVID subrayó problemas que, desde hace tiempo, primero algunos y luego muchos, ya venían señalando. Activistas, ambientalistas, ecologistas y todos los demás "istas" que se nos ocurran, peticionaban, manifestaban, reclamaban, denunciaban situaciones problemáticas que se debían atender. Los jóvenes hicieron también su tarea, ésa la de despabilar a adultos adormecidos en su comodidad. Y hoy, algo ha cambiado.

Las redes sociales y los medios de comunicación son el escenario de aprendizaje y concientización ecológica y ambiental, algunas políticas públicas empiezan a aparecer para comenzar a realizar una tarea pendiente, que desde hace mucho tiempo que no atendían. De a poco, sí, quizás en algunos sectores más lentamente, pero asistimos a encuentros, a espacios de formación, a debates que hace unos años eran impensados.

¿Por qué se da ahora? Indudablemente porque la fuerza de lo colectivo hizo lo suyo. Y aquí, es donde los verbos pueden ayudarnos. Pasar del "hacer" (en infinitivo, impersonal y casi retórico) al "Yo hago" (personalizado, en presente, comprometido) fue un paso importante. Pero redoblar el esfuerzo para convertirlo en un "Nosotros hacemos" fue trascendental. Elevarnos desde el "Yo puedo" al "Nosotros podemos" no es un slogan de campaña electoral, es descubrir que el potencial particular se multiplica en la unión con otros. 

Ahí, al juego de los verbos se unen los pre-fijos y más allá de que esto no sea una clase de gramática, el conjugar es el camino. Sólo desde el CO-DESARROLLO es que podemos CO-TRANSFORMAR la realidad, siempre es más fácil, más ameno y más fértil el hacerlo desde lo grupal. Siempre los resultados son mejores. La impotencia impide el "resiliar". Y a este verbo siempre se conjuga mejor con los prefijos CO y RE. Resiliamos cuando CO-CONSTRUIMOS con otros, cuando COLABORAMOS con ellos, cuando abordamos entre todos el presente para actuar en él, proyectando el futuro y considerando el pasado. Sólo evolucionaremos resilientemente (RE-EVOLUCIONAREMOS), cuando activa y colaborativamente trabajemos con otros, aceptando las diferencias y contagiándonos de una energía social.

Tan sólo ver a muchos otros ir a punto de reciclado, llevando bolsas de residuos ya clasificados, nos permite encontrar más sentido a lo que hacemos. Separar la basura orgánica para el compost, no sólo beneficia a nuestro jardín, nos hace sentir que somos partícipes activos en algo que urge. Buscar y encontrar productores agroecológicos cercanos para comprar nuestros alimentos, no sólo beneficia nuestra salud, sino que nos hace parte del engranaje de una economía circular, social y solidaria, que cada vez más genera conciencia e interpela a teorías conservadoras y ortodoxas. Si CO-OPERAMOS hoy, mañana podremos sentir que fuimos parte, que CO-TRANSFORMAMOS este presente, para no quejarnos en el futuro.

La AGROECOLOGÍA CO-CONSTRUYE paradigmas y prácticas desde hace tiempo, hoy aparece no sólo como un hacer de ilusos, sino como un hacer que nos garantiza salud, desarrollo humano, derechos, soberanía, tradiciones. La RESILIENCIA ECO-SISTÉMICA también es un constructo que usa los mismos verbos y prefijos. Una es complementaria, análoga y colaboradora de la otra. El proyecto AEREAs concretiza esa relación y juega con los verbos (acciones y haceres) y con los pre-fijos, desde una investigación acción que rescata el compromiso activo de actores sociales que CO-TRANSFORMAN la realidad RESILIANDO.         

Las UTOPÍAS desaparecen, se hacen realidad en el HACER  con OTROS

      

06 agosto 2021

Comentarios sobre la Resiliencia organizacional, un desafío para las empresas del siglo XXI.

En ocasión de una jornada de trabajo y reflexión con el 

Grupo Resilio (https://www.facebook.com/resilioColombia),            tengo la satisfacción de volver a un libro muy importante dentro de la bibliografía sobre el constructo “resiliencia” y el placer de volver a leer a Véliz Montero, un colega amigo, a quien conocí en una actividad organizada por el CEANIM, en Santiago de Chile. Recuerdo que en ese momento Fernando me impresionó como un profesional muy serio y comprometido con su área disciplinar, pero por sobre todo como una persona muy cálida y de mirada humana y comprensiva, elementos que me parecen esenciales en la gestión empresarial. Hoy creo que sostuvo todo eso y lo potenció con un hacer profesional destacado. 

Releyendo su libro “Resiliencia organizacional. El desafío de cuidar a las personas, mejorando la calidad de vida de las empresas del siglo XXI.” de Editorial Gedisa, entretejo estas líneas de reflexión sobre el mismo, desde el rescate de ideas que aparecen en algunas palabras claves y que encuentro en su texto.

En el universo de las organizaciones, frente a la incertidumbre aparece como primera respuesta el control. El desafío es considerar a las emociones, la confianza y el lenguaje como herramientas para confrontar amenazas y crisis, miedos y angustias. Los cambios constantes son ocasión de conversaciones y de diálogo… de aprendizaje. La Resiliencia Organizacional (RO) implica considerar a nociones como identidad, adaptación e interacción, esperanza, amor, sentido y libertad, emociones y creatividad, memoria y biofilia, dignidad, decisiones y autoestima. Con la RO se abre a las organizaciones un “mar” de posibilidades y desafíos, en los que es importante rescatar ritos, mitos e hitos.

Véliz Montero hace una acertada analogía entre la organización y el cuerpo humano. Sostiene que ambos implican partes; que enferman, maduran, se emocionan; que aprenden y que tienen huellas o marcas; que poseen identidad. Y que también sufren enfermedades: desconfianza, estrés, maltrato, desconexiones, resignación, aislamiento, falta de reconocimiento, miedos, desinterés, jerarquías, injusticias.

También, aporta una diferenciación interesante entre grupos de trabajos y equipos de trabajo, entre trabajo individual y trabajo en equipo, esenciales para el análisis de cualquier aspecto organizacional.

Se destacan como factores protectores o de resiliencia al humor, la confianza, la comunicación interna, la ética, la identidad, la creatividad, el sentido y la espiritualidad, describiéndolos ampliamente como verdaderos promotores de resiliencia, aportando numerosos y claros ejemplos de casos concretos, desde un análisis muy criterioso, para que el lector pueda, a su vez reflexionar sobre estas ideas, en situaciones reales y concretas.

Así se propone MAR, el Modelo Acción Resiliente, para destacar la importancia de las preguntas y de las prácticas. Para “cuidar” distintos aspectos de la organización, para generar autocuidado y aprendizaje en la gestión. Para poner en el centro al “ser humano” y la necesidad de considerar a lo “intrapersonal” y a lo “interpersonal” en la cultura organizacional. Para recordar a los pilares necesarios de a resiliencia: a las “fuentes de Grotberg” (yo soy, yo estoy, yo tengo y yo puedo) pero incorporando al imprescindible “nosotros”. Para rescatar a todos los contenidos organizacionales (misión, visión, valores, etc.) y a la identidad activa que se implica en acciones, cuyo norte debe ser la “felicidad”. En este libro se piensa al poder.  

Concluyendo, el modelo propuesto MAR, aparece como un modelo de intervención flexible y adaptativo, que, desde una mirada sistémica, humanística y comprometida con las personas, propone preguntas y también dimensiones para responderlas. Plantea un discurso sobre la comprensión integral del ser humano, que se adapte a diferentes procesos y realidades organizacionales. Destaca la necesidad de “practicar” miradas y de promover conductas personales, para el crecimiento de la identidad organizacional, la realización de una memoria activa que materialice ritos, mitos e hitos, considerando a las prácticas en todos los tiempos: presente, pasado y futuro.

En tiempos complejos, en los que la incertidumbre sigue reinando, es necesario: pensar en equipos de trabajo que sean comunidades de aprendizaje, que generen conocimientos permanentemente; preguntarse e indagar; tener coherencia, consistencia y dinamismo en las prácticas; fortalecer integralmente el diálogo; identificar desafíos; asumir compromisos con la realidad; sostener en la identidad organizacional, procesos de cambio con constancia y permanencia.

Finalizando, es una excelente oportunidad de aprendizaje el volver a leer “Resiliencia organizacional. El desafío de cuidar a las personas, mejorando la calidad de vida de las empresas del siglo XXI.” de Fernando Véliz Montero (2014) de Editorial Gedisa.

Pd.: cabe consignar información complementaria sobre la 2da. edición ampliada de Marzo del 2021, con prólogo del periodista Ismael Cala y un nuevo capítulo.

Obra que busca reflexionar sobre cómo construir y cuidar a grupos, empresas y organizaciones profesionales, haciéndolas internamente fuertes, en armonía, y verosímiles, fortaleciéndolas aún más, para lograr que perduren en el tiempo. El libro transita por temas tan importantes como el liderazgo, la ética, la comunicación, la confianza, los cambios, la calidad de vida, los equipos o la felicidad en el trabajo, entre otros. El autor se basa en una metodología que tiene en cuenta tanto las necesidades de las personas como las de la propia organización para determinar los factores que permiten construir una experiencia laboral nutritiva y conseguir los objetivos marcados. Asimismo, se invita a abandonar el clásico paradigma laboral caracterizado por rutinas desgastadoras y sin sentido que llevan consigo el estrés, la desmotivación, la competitividad mal entendida, la desconfianza, la deslealtad, la baja productividad, etc.

Finalmente, este libro muestra un modelo de intervención (MAR, Modelo de Acción Resiliente), con multiplicidad de casos teórico-prácticos para la acción y la reflexión, puestos al servicio de una empresa u organización. Segunda edición ampliada con prólogo del periodista Ismael Cala y un nuevo capítulo.

Lic. María Gabriela Simpson

6 de agosto del 2021