26 mayo 2022

Tiempos, puntos y tejidos...

 "¿Cómo se hacían los escarpines?"

Una pregunta simple, que en otros momentos encontraba rápidamente respuesta. La cercanía me la daba.

Hoy, además de ser crucial en el proyecto en el que estoy trabajando (ajuar de bebé), me lleva a planteos existenciales y a conclusiones comunes, re-comunes, pero no por eso, fuertes:

¡Cómo se pasa el tiempo!

¡Cómo no aproveché todas las oportunidades!

No es una cuestión de culpas, es una emoción que no deja de actualizarse: la renuevo en ciertos momentos en que las ausencias se hacen presencias lejanas, en situaciones que requiero el apoyo necesario, la asistencia adecuada y la compañía justa. 

 Es una situación hasta casi matemática, relacionada directamente con la fórmula de la velocidad:                                                                          V=E/T

La velocidad proviene de la relación entre espacio y tiempo, según sea esa velocidad es cómo visualizamos el espacio y cómo vivimos el tiempo.

Está más que probado que la humanidad no puede manejar bien el espacio, está más que demostrado que lo hemos destruido.

Con respecto al Tiempo, nunca lo pudimos manejar: siempre corrimos detrás de él para dominarlo, pensamos y pensamos cómo entenderlo, quisimos y queremos detenerlo cuando la felicidad se hace presente y deseamos adelantarlo cuando la tristeza nos inunda.

Ayer, con el tejido de los escarpines, se me apersonó el Tiempo trayendo estas líneas, estos pensamientos y estos sentimientos...

Los puntos aparecían en las agujas, se entrelazaban y se unían. Y unos instantes más tarde, salían volado de la aguja azul de Lala y se desvanecían frente al Tiempo, que sentado cómodamente en el sillón, con mis perras durmiendo al lado, reía a carcajadas. No te preocupés, me sobran los instantes en la perseverancia, pensaba yo, mientras lo veía moverse en mi vida. Los puntos se rearmaban y volvían a treparse a mis agujas heredadas, iban de una a otra, saltando con esperanzas y uniéndose en el aire, como trapecistas en el circo.  

Mil intentos y no un invento, sino el logro del escarpín, con la mejor forma posible. El tejido que toma forma, las imágenes de futuro que se plasma en ese escarpín, en esos piecitos que comenzarán a caminar el mundo, precisando un cálido abrigo que le dé el apego necesario y esencial, para que después, mientras que el señor Tiempo lo permita, se transforme en zapatilla, en bota, en zapato, o en pantufla... 


Como el Tiempo se había impacientado con mi tozudez, se fue antes y tuvo que mirar por la ventana mi logro... creo que en el fondo disfrutó también de mi alegría, de mi inocencia de que lo había vencido con las agujas de Lala y de mi extraña sensación de que mi abuela estaba más cerca.

 

Una noche fría, de tiempos, puntos y tejidos. Terminó con un solazo de esperanza pensando en ese bebé, que el Tiempo verá crecer y querer dominarlo.   


  

   

09 mayo 2022

Vida y más vida... esperanza eterna.

 Hoy, en Espacio R, su suspendió el tejido para escribir algunas líneas, para entretejer algunas ideas que sirvan para pensar y sentir eso que nos enseñó el maestro Vanistendael: la esperanza realista.


Sí, porque en estos días se terminó un cobertor de bebé para cunita o cochecito, se comenzó a tejer con algodón puro una mantita de recibimiento en el telar triangular, luego de empezar a hacerlo con 2 agujas (Penélope... el espíritu de ella me posee... recuerdo un comentario parecido de mi papá, cuando destejía y tejía al lado de su cama). 

Sí, porque las lavandas, florecen siempre, aromatizando el jardín, llamando a las abejas, porque adornan el taller, porque le dan sabor a mis mates... porque su color me da paz y colabora en esto de sentir y de pensar en la esperanza de la que habla Stefan.

Sí, porque hoy me enteré que dos mellizos bailan en un vientre... 

Sí, porque en la radio suena buena música y hermosas historias desde Radio Nacional Clásica, sí porque desterré a territorios oscuros a las noticias de los noticieros, empeñándome en preservar nuestra esperanza realista. 

Así, el taller se llena de aromas, colores, sabores y sonidos que facilitan la paz en el aire, el sueño plácido de Lola y Mora, el baile de mis manos entre hilados, agujas y telares, la sanidad de mi cerebro para pensar en lo que los maestros me enseñaron y de mi ánima para que viva una bella proyección hacia el futuro, pensando en esas vidas que se abrigarán con mis tejidos, en esas madres que esperan y en esas que acunan y abrazan... sabiendo que son la garantía de un futuro esperanzador. Sólo el apego seguro, una casita de resiliencia para el alma y el amor incondicional pueden co-desarrollar promotores de resiliencia, tanto personales como socioculturales.

Sí, dejé de tejer un rato para escribir y entretejer sentires y pensares... para compartir algunos haceres resilientes.    

Ahora a volver a tejer para la Línea Lavanda y seguir pensando en los próximos encuentros de la Línea Jazmín...

En el blog Imágenes Resilientes, está el catálogo completo de todas las Líneas de Espacio R.

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