Iniciar. Inaugurar...
Los comienzos de etapas nuevas, decididas libremente, pensadas con pensamiento crítico colaborativo desde el co-construir, sentidas con pasión, iniciadas con compromiso, sostenidas con perseverancia y diseñadas desde una interacción positiva y dinámica con otros, siempre garantizan alegría, energía y optimismo.
Lo nuevo siempre nos desafía, nos hace buscar los recursos con los que contamos y aprender cosas nuevas, si hay aspectos que desconocemos. Siempre asegura aprender significativamente.
Si ese nuevo tiempo fue producto de una decisión libre y autónoma, los beneficios que realmente trae, nos posibilitará apropiarnos de la experiencia, más allá de lo resultados: sean exitosos o no. Los fracasos también dan enseñanzas y pueden impulsar a continuar, no necesariamente paralizan.
Si ese nuevo hacer fue pensado con pensamiento crítico, tomando en cuenta lo que la realidad ofrece: sus necesidades y su complejidad pero también sus posibilidades, y además construido y elaborado con otros, le dará razones, fundamentos y pilares sólidos para que pueda avanzar y co-transformar en algo a las personas que forman parte y a la realidad.
Si esa nueva etapa fue soñada, deseada, precisada, trabajada y conformada con pasión, encontrará en todo momento una fuente de energía desde los sentimientos, emociones y sensaciones que la sostendrá en el tiempo, en el que sea necesario sostenerla... tendrá también bases sólidas de aspectos emocionales.
Si eso nuevo fue iniciado con genuino compromiso y sostenido con una perseverancia también genuina, se desarrollará perdurando en el tiempo y permitiendo que el mismo traiga sus frutos, sean dulces, algo ácidos o amargos, pero frutos al fin.
Y si finalmente, todo fue elaborado desde una interacción abierta, auténtica y concreta interacción con otros para que sea una verdadera co-construcción, también contará con esos cimientos indispensables para seguir en pie.
Todos los aspectos: el de la voluntad libre, el del pensamiento, el de lo afectivo, el de lo ético, el de lo social, se entretejen siempre en la trama de las acciones humanas que nos permiten evolucionar resilientemente.
Así que, lo que se inaugura... lo que se augura desde lo supremo o divino, se lleva hacia adentro para hacerlo propio y que se plasma afuera con un hacer... siempre abrirá espacios de crecimiento, de realización, de plenitud y de verdadera trascendencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario