FACTORES DE RESILIENCIA:
Son los factores responsables de que el sujeto posea determinadas condiciones, que hagan que se sobreponga a las situaciones de riesgo, críticas y estresantes, para salir de ellas entero y hasta renovado. Se distinguen dos grandes grupos: los PILARES y las FUENTES de la resiliencia.
PILARES DE RESILIENCIA:
Características de las personas que como los pilares y cimientos de una construcción, las sostienen estructuralmente frente a la adversidad. Se incluyen a: la introspección, la independencia, la capacidad de relacionarse, la iniciativa, al humor, la creatividad, la moralidad, la autoestima y al pensamiento crítico.
PILARES DE LA RESILIENCIA COMUNITARIA: características propias de una comunidad resiliente: autoestima colectiva, identidad cultural, humor social y honestidad estatal.
ANTIPILARES DE LA RESILIENCIA COMUNITARIA: características negativas que reducen la resiliencia comunitaria o que anulan la posibilidad de que se genere o fortalezca. Ellos son: corrupción, autoritarismo, impunidad y “malinchismo”.
FUENTES DE RESILIENCIA: sistematizadas por Edith Grotberg y expresar como autoafirmaciones, suficientemente fuertes y asertivas como para empujar a su realización en lo personal y a la superación de la adversidad. Son cuatro y las sistematizó en frases que encabezó con: “Yo soy…”, “Yo estoy…”, “Yo puedo…” y “Yo tengo…”.
En la “Resiliencia sociocultural” los factores de resiliencia (pilares y fuentes) y los antipilares, toman una dimensión colectiva sobre la base de lo sociocultural. Así el “Yo” se transforma en “Nosotros”.
IMPOTENCIA: verdadero “antipilar” y una “antifuente” de la resiliencia, ya que justamente actúa, trabaja y opera para que no se produzca. Hace fuerza y sostiene la no acción de la resiliencia, es la resistencia a la misma. Anula a todos los pilares, los inhabilita y los suprime. Las fuentes quedan expresadas en negativo: “Yo no puedo…”, “Yo no soy…”, “Yo no estoy…”, “Yo no tengo…”. Especialmente el “Yo no puedo…” es la verbalización fundamental y básica de la impotencia, condimentada con “Yo no soy capaz…”, “Yo no tengo recursos para…”, “Yo no estoy en condiciones…”. Un grupo, una institución, una comunidad, pueden sentirse impotentes y quedar paralizados frente a la adversidad y no resolverla, menos aún salir fortalecidos de ella. Inundará al ánimo colectivo con frases hechas como: “Esto siempre fue así…”, “No podemos hacer nada…”.
Ver bibliografía (4) en Fuentes R.
En la vida encontramos miles de ejemplos de esta eterna lucha entre la impotencia y la resiliencia, en los diarios también...
http://www.clarin.com/diario/2009/04/12/sociedad/s-01896082.htm
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario