15 septiembre 2015

Resiliencia y paz...

Es preciso poner en palabras tanta emoción, tanto conocimiento nuevo, tanta información rica y tanto impacto en los sentimientos, en los pensamientos y en el cuerpo. Es preciso darle forma con el lenguaje, no sólo para explicarlo y comunicarlo, sino para entenderlo internamente y ubicarlo en el lugar que corresponde, para ser distintos, es decir, para aprender.

Llegar a una tierra que no disfruta de los beneficios de la paz puede generar temor. No fue en este caso: el sentimiento fue de asombro, de apertura y de sorpresa ante lo nuevo. Oler los climas, sentir el aire, empatizar con seres humanos no conocidos, escuchar y entender historias y presentes.

Pero, lo fundamental es saber de haceres y tareas que trabajan con esa realidad. En cada uno de los relatos, en cada una de las imágenes, en cada objeto, que hablaban, exponían y contaban, se producía un impacto. Escuchar hablar del dolor no es lo mismo que oir un rumor lejano: un ser humano, un otro, se nos presentaba ante nosotros abriendo su historia y al ser tan "humano", ese otro nos mostraba y confirmaba nuestra propia condición de humano.

Nuestra historia, nuestros dolores, nuestra adversidad se dimensionaban diferente. Nuestros roles también se interrogaban y se ponían en juego: ser mujer, ser madre, ser maestra, ser profesional. Ver niños, jóvenes, hombres y mujeres en escenarios violentos y dolorosos, escucharlos, mirarlos a los ojos, entenderlos y comprender qué sentían y sienten, qué hicieron y hacen, qué desearon y desean, es un camino de ida, a un lugar nuevo y una vuelta con una posición distinta.

Experiencias tan fuertes y vitales que interpelan. Si hasta una obra de arte puede constituir un tutor de resiliencia, cuánto más estos sujetos, estas personas, estos "otros", pueden colaborar en constituir nuestro yo de manera diferente. Gracias a esos otros y a sus experiencias tan existenciales podemos re-mirar nuestra vida y resignificar nuestra existencia, encontrando un sentido nuevo para ella que nos lleve a la verdadera trascendencia, en la que no faltará el compromiso y el desafío constante de generar paz interior y trabajar por la paz de otros y con otros. La resiliencia como un proceso de interacción entre las personas y su entorno para superar dificultades... se realizó, se hizo "real".

Gracias a niños, mujeres y hombres de Colombia que permitieron este proceso, que con un poder increíble aparecieron con unos ojos y una mirada tan profunda que no precisaban hablar. A todos y a cada uno, un agradecimiento profundo que proviene de lo más sagrado de nuestra condición humana: la comunicación y la expresión. Nuestro manifiesto expresó nuestro desafío y nuestra promesa.

Dos poesías pueden cerrar y concluir con las voces de los poetas estos sentimientos y pensamientos hilvanados con sinceridad... y por supuesto sostener que la realidad puede cambiar, que cambiará...

https://www.youtube.com/watch?v=qHCF9pYsr9M
https://www.youtube.com/watch?v=CuSji8CtB-I
https://www.youtube.com/watch?v=mqPR6eXYSFg

Pobre patria, Franco Battiato
Mi pobre patria, aplastada por abusos del poder

de gente infame que no conoce el pudor,

se creen los dueños todopoderosos

y piensan que les pertenece todo

Los gobernantes, cuántos perfectos e inútiles bufones

en esta tierra que el dolor ha devastado

¿Acaso no sentís nada de pena

ante esos cuerpos tendidos sin vida?

No cambiará, no cambiará

no cambiará, quizá cambiará

Y cómo excusarlos, las hienas en estadios y aquéllas

de la prensa chapoteando en el fango como cerdos

Yo me avergüenzo un poco y me hace daño

ver a los hombres como animales

No cambiará, no cambiará

no cambiará, quizá cambiará

Esperamos que el mundo vuelva a cotas más normales,

que pueda contemplar con calma el cielo

que nunca más se hable de dictaduras,

porque quizá tendremos que ir tirando

mientras la primavera tarda aún en llegar.


CAMINO DE LA PATRIA, CARLOS CASTRO SAAVEDRA

Cuando se pueda andar por las aldeas
y los pueblos sin ángel de la guarda.

Cuando sean más claros los caminos
y brillen más las vidas que las armas.

Cuando los tejedores de sudarios
oigan llorar a Dios entre sus almas.

Cuando en el trigo nazcan amapolas
y nadie diga que la tierra sangra.

Cuando la sombra que hacen las banderas
sea una sombra honesta y no una charca.

Cuando la libertad entre a las casas
con el pan diario,con hermosa carta

Cuando la espada que usa la justicia
aunque desnuda se conserve casta

Cuando reyes y ciervos juntos  al fuego,
fuego sean de amor y de esperanza.

Cuando el vino excesivo se derrame
y entre las copas viudas se reparta.

Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos
teja él mismo sus sueños y su manta.

Cuando de noche grupo de fusiles
no despierten al hijo con su habla.

Cuando al mirar la madre no se sienta
dolor en la mirada  y en el alma

Cuando en lugar de sangre en el campo
corran caballos,flores sobre el agua

Cuando la paz recobre su paloma
y acudan los vecinos a mirarla.

Cuando el amor sacuda las cadenas
y le nazca dos alas en la espalda.

Soló en aquella hora
podrá el hombre decir que tiene patria.







1 comentario:

  1. Que espacio imperdible. Cuanto contenido enriquecedor por donde se lo lea. Toda tu vocación se denota en este blog. Sos una apasionada y una escritora admirable. Un orgullo

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