" Otro punto importante para reflexionar es la relación que en el presente tiene el ser, con el tener y con el hacer.
Hubo tiempos en que el ser se manifestaba en sí mismo, por sí. Algunos destacan como característica de esta época el hecho que el ser ha sido reemplazado por el tener. El poseer es la fuente de la felicidad y en un sinfín eterno de necesidades, reales o empujadas por el materialismo y el consumismo, y de adquisiciones como respuestas a las mismas… y otras nuevas que aparecen, que se satisfacen temporalmente. Los avances tecnológicos colaboran a la creación de estas nuevas insatisfacciones. Las urgencias son otras y cambian continuamente.
Pero el eterno “ser” siempre se cristaliza a través del “hacer” como manifestación, como expresión, como realización concreta, tangible, perceptible. Sobre todo pensando en procesos resilientes en donde la adaptación activa no debe ser con resignación, sino que implica un hacer, una acción sobre la realidad. Aunque no se la pueda modificar, el sujeto después no será el mismo, ya que encontrará nuevas herramientas para encontrar nuevas soluciones a viejos problemas, pero también a los nuevos que se presenten.
Así, hay que agregar como aporte al constructo teórico de resiliencia, una nueva fuente:
YO HAGO actividades, acciones, tareas:
… que permitan manifestar plenamente mi “yo soy…” y mis capacidades
… que faciliten el desarrollo de mis potencialidades
… me otorguen el sentido de la vida y de mi existencia
… con la confianza y seguridad de mis “Yo estoy…”, “Yo puedo…” y “Yo tengo…”
… me posibiliten encontrar un rol, un lugar y un estatus social
… merezcan el reconocimiento y la valoración de los otros y del medio
… den la posibilidad de estar resiliente
El hacer es la natural estrategia para la inserción y adaptación social. Y por lo tanto también se puede definir un
NOSOTROS HACEMOS actividades, acciones, tareas:
… que permitan manifestar plenamente nuestro “nosotros somos…” y nuestras capacidades
… que faciliten el desarrollo de nuestras potencialidades
… nos otorguen el sentido de la vida y de nuestra existencia
… con la confianza y seguridad de nuestros “Nosotros estamos…”, “Nosotros podemos…” y “Nosotros tenemos…”
… nos posibiliten encontrar un rol, un lugar y un estatus social
… merezcan el reconocimiento y la valoración de los otros y del medio
… nos den la posibilidad de estar resilientes
La soledad y el aislamiento son los antipilares de la resiliencia, por eso, este “hacer” entre varios y con muchos “otros”, tiene relación con los pilares y principios de la resiliencia, tales como la capacidad para relacionarse, de comunicación y de expresión, la moralidad y los valores, ya tratados." (Simpson, 2014, págs, 136 137)
“Frente a la desfragmentación social que la realidad nos presenta intentemos:
Sentir que “hay” que hacer algo entre todos y que existen esos “otros” que están interesados en mejorar y en trabajar juntos.
Encontrar un sentido al “hacer común”.
Enfrentar la adversidad de la realidad con la mayor cantidad de puntos de vista que podamos desarrollar, sin desmerecer ninguna óptica, por humilde que sea.
Examinar y valorar los aspectos positivos con los que contamos.
Sentir que todo lo realizado anteriormente no estuvo mal.
Buscar a personas que tengan la misma sintonía, que trabajen en pos de objetivos comunes y unir fortalezas.
Empeñarse en abrir caminos de comunicación y diálogo: si los orgánicos, oficiales o habituales no funcionan, inventar nuevos.
Valorar al conocimiento como fuente de posibles soluciones, apostar, en el mejor sentido, a la capacitación.
Revalorizar la dimensión trascendental y espiritual del hombre y la importancia del trabajo y de la vocación en la construcción de esa instancia.
Hacer y rehacer tantas veces como sea necesario, evaluando por qué las cosas no resultaron cómo pensábamos (aspectos equivocados), pero por sobre todas las cosas revalorizar lo bueno y positivo que se alcanzó y se logró (aspectos positivos).” (Simpson, 2008, pág. 93)
Simpson, M. G. (2008). Resiliencia en el aula, un camino posible. (4ta. ed.). Buenos Aires: Ed. Bonum.
Simpson, M. G. (2014). 11claves para generar resiliencia. Buenos Aires: Ed. Bonum.
¡Cuánto mejoraríamos el mundo si todos pudiéramos hacer lo que nos guste, lo que querramos, lo que nos apasione, porque de ser así lo haríamos bien, más allá de cuánto ganáramos con ese trabajo! El mundo sería más feliz y nosotros nos sentiríamos más cerca de la plenitud, de la trascendencia.
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