Uruguay, más que un palabra sonora, es el nombre de un país colmado de manifestaciones naturales en las que el agua es protagonista.
Una flora abundante, un relieve ondulado y ondulante que lleva a ríos coloreados y musicalizados por una amplia variedad de pájaros, tal como el poeta Juan Zorrilla de San Martín interpretó al vocablo Uruguay: río de los pájaros pintados.
La observación de su paisaje lleva al descanso mental pero también a reflexiones socioculturales. Los viajes, aparte de los beneficios que otorgan a la salud, nos llevan a conocer "otros", a saber que como hay ambientes diferentes, existen sociedades y culturas distintas a nosotros que modelan a seres con características novedosas para quienes los observan.
Además de sostener que los viajes son un derecho humano y social, en Espacio R se quiere expresar y compartir las reflexiones que el vecino país rioplatense disparó, que se potenciaron con el encuentro con un libro de ensayos sobre el "ser oriental" de jóvenes uruguayos.
Descubrir al otro, a los otros, a los distintos a nosotros... nos lleva a conocernos más profundamente, a sorprendernos por lo diferente, a aprender de ello. Pero también implica una introspección sincera sobre nosotros y nuestras características, nuestras carencias y nuestros potenciales. La cuestión no es una comparación odiosa, sino una oportunidad para repensarnos.
Todos los factores de resiliencia se ponen en juego en este proceso, no solo la introspección, una mirada interna sobre nuestro interior para valorarnos y consolidar nuestra autoestima, sino que también es fundamental el pensamiento crítico para no caer en falsas impresiones o prejuicios para poder pensar en lo que se ve y que las conclusiones no sean cerradas y acabadas. El mirar a otros también nos dispara el humor y la creatividad para que la información obtenida sea el disparador para encontrar nuevas soluciones, alivianando el peso de las dificultades. La mirada de la resiliencia sociocultural, sus principios movilizantes y sus fuentes, se convierten también el trampolín para que al sumergirnos en aguas desconocidas podamos descubrir las fortalezas propias y valoremos la necesidad de establecer redes de interacción con otros.
Para Espacio R Uruguay es más que un sitio. Es un espacio habitado por individuos con muchas preguntas existenciales propias e individuales... se siente ese pensar en sí, con una sensación nostalgiosa, casi melancólica. Se puede leer, y no solo en libros de ensayos sobre el ser nacional, en la vida cotidiana fuerzas en común que llevan a la identidad cultural, a la pertenencia, a valores compartidos y a sentimientos comunes, que son tangibles y que van más allá de la pasión por "la celeste" o por "el mate".
En Uruguay se ven las normas, se palpan las regulaciones de lo colectivo, no como limitaciones sino como garantía del derecho de todos. Lo comunitario aparece como una construcción concreta en instituciones, realizaciones y tareas socioculturales que hablan de una participación activa sobre la realidad, muchas veces en una actividad apasionada.
El nosotros somos aparece en el cuidado comunitario del espacio natural, de la limpieza de sus calles, la dimensión física de la autoestima colectiva está presente en lo ambiental, hecho más desarrollado en las pequeñas comunidades. Como en todas las sociedades, las grandes ciudades tienen más carencias.
La valoración de su historia muestra a su esencia colectiva: sus sitios históricos están identificados, cuidados y destacados. El devenir histórico de los espacios comunes y compartidos se ve plasmado para comunicarlo a los demás.
El nosotros estamos se muestra abiertamente en la manifestación de expresiones y sentimientos individuales y colectivos. Desde la alegría y el entusiasmo por los carnavales, la pasión por el fútbol hasta la nostalgia de lo que no fue o de lo que no será, están manifestados en los movimientos de los uruguayos.
El nosotros podemos está inundado muchas veces de esa melancolía, casi tristeza, que a veces se expresa en su decir sobre ellos mismos.
El nosotros tenemos está atravesado por los anteriores puntos y es casi universal: en el nivel colectivo en muchas ocasiones se va de un extremo de entusiasmo a otro de desánimo.
Pero el nosotros hacemos se puede palpar en acciones reales. Lo comunitario aparece en una amplia variedad de haceres y actividades de instituciones que trabajan en diferentes temas: niñez, adolescencia, vulnerabilidad, integración, atendiendo a una extensa gama de grupos sociales.
Luna Nueva es un ejemplo de institución que promueve resiliencia con su hacer.
Abrió sus puertas a GIRA, a Espacio R, a María Gabriela Simpson, generando espacios de diálogo, de escucha, de reflexión conjunta con "otros", de interacción que permiten la construcción de ámbitos sociales que faciliten a los que los habitan o atraviesan.
Encontrar un espacio físico concreto, un edificio co-construido por diferentes actores e instituciones sociales reunidas con objetivos y metas comunes, compartiendo no sólo el lugar, sino también valores, proyectos y deseos.
Se le suma a esta organización social, una organización gubernamental presente, con sus fortalezas y también con sus debilidades, pero presente. En las comunidades en las que el "estado" está ausente, deja un vacío abierto para que se llene con lo que sea.
De estas interacciones se abrieron interesantes caminos a transitar, compartiendo "haceres resilientes".
http://www.lunanueva.org.uy/
https://www.facebook.com/GrupoDeInvestigacionEnResilienciaAplicada/
https://imagenesresilientes.blogspot.com.ar/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario