#MantasParaBienestar Destinatarios y el sentido del hacer.

 ¿Para quiénes son las tramas de Espacio R?

           ¿Dónde están sus destinatarios?

La vida y las experiencias que me trajo (me trae y me traerá), hicieron que me diera cuenta que hay personas especiales, que están viviendo situaciones especiales y que precisan productos especiales, no hechos mecánica y automáticamente.

He atravesado (yo personalmente y/o personas queridas) por vivencias existenciales que acercan a la vulnerabilidad, al miedo y al desamparo: diagnósticos médicos graves y sorpresivos, cáncer, enfermedades largas, accidentes, operaciones quirúrgicas, inmovilidad y reposo absoluto inevitables, embarazos riesgosos, post-partos complejos, rehabilitación física larga, internaciones y estadías prolongadas en instituciones de salud, limitaciones físicas, tratamientos dolorosos y prolongados, quimioterapia, radioterapia…

También situaciones menos graves y habituales para todos… inviernos largos, días de tormenta, siestas reparadoras. 

Y por supuesto, las mucho más felices: descanso en un sillón, siesta al aire libre, película o serie compartida en el living, el "noni" de un bebé…

En esas situaciones siempre se precisa cobijo y abrigo, seguridad y protección. 

Desde que recuerdo, he tejido... no puedo determinar cuándo empecé, sí sé que me enseñó mi abuela y que muchos de los tejidos tenían que ver con bebés. Ante cada nacimiento, lo primero que me surge es hacer una manta, es tejer una mantita. Y fue siempre así. Por lo que el tejido como saber ancestral, pasó a ser una actividad permanente en mi vida y las mantas se convirtieron en una prenda mágica. 

Luego mis estudios profesionales y mi formación me facilitaron el fundamento teórico sobre lo que significan: el apego seguro, la confianza básica, el sostén esencial de los afectos, que se simbolizan en el acto de sostener a upa a un bebé, de arropar con ropa cálida en la niñez, de abrigarse con afecto en la adultez con una mañanita o una chalina, la de vestir un poncho tradicional, la de compartir una manta y un abrazo en momentos críticos. 

Al ver que me costaba encontrar en mi emprendimiento a los destinatarios de mis tramas, apareció la relación con esas vivencias, con esas experiencias y saberes que la vida me ofreció. En ellas encontré el público adecuado para mis tejidos: aquellos que sufren en situaciones existenciales fuertes (dolores y enfermedades) o también que se conmueven por otras súper felices, como nacimientos y crianzas. En todas, se hace necesaria una trama que promueva #resiliencia. Por lo menos, yo las precisé, las usé y las disfruté. He visto también hacerlo a otros seres queridos a los cuales les tejí. 

Que un paseo por los pasillos de una clínica con una chalina tejida por mí, generara comentarios entre pacientes y enfermeras, me alegró el corazón, además de abrigar a una amiga y de hacerla hablar en sus paseos… 

Que una mamá envolviera a su bebé internado hace meses, con una mantita tramada en mi telar y se sintiera acompañada, también llena el alma.

#MantasParaBienestar

Eso es lo que hago: tramas para estar bien, para encontrar #bienestar a pesar de las circunstancias, para sentir que por más complejas que sean, se puede sentir la seguridad y la protección necesaria, la cercanía de los otros y el sentido de la vida.

#MantasParaBienestar

Con los colores de la Naturaleza, con sus aromas y materiales, con la calidez precisa, con la liviandad necesaria, con la alegría deseada… ¿por qué no disfrutar lo que es posible?  

En este momento, lo importante no es solamente visualizar al público objetivo e identificar a los clientes para lo que hago… es buscarlos y ofrecerles los beneficios de mis tramas para encontrar el sentido al hacer y, a la vez, encontrar el sentido de la vida y de lo vivido…

Cada una de mis tramas nace con un espíritu especial, con valores que las inspiran, con un diseño único que hasta yo misma desconozco hasta que empiezo a tramarlas, que las bautizo con un nombre que representa todo eso, que no se pueden repetir, que están trabajadas cuidadosamente con mis manos, que las hago con materiales nobles: hilados naturales, lanas puras, algodón puro y agroecológicos, que las perfumo con las aromáticas de mi jardín (plantas cultivadas naturalmente y con amor), que las envuelvo con bolsas recicladas, que envío con ellas su historia y lo que representa en distintos formatos (papel, digital, audios)… en fin, todo el proceso lo hago desde el afecto, el respeto, la conciencia ambiental y el compromiso con un consumo responsable… 

Soy feliz al hacerlas y creo que esa felicidad va en cada hebra, para que sirvan y abriguen desde un entretejido vincular humano, promoviendo bienestar, confianza y fortaleza para vivir plenamente todo, todo lo que sea, sabiendo que la existencia es la posibilidad de manifestar plenamente nuestra esencia, dure lo que dure.

Por eso, les pido que, si están pasando por algún momento que amerita un abrigo cariñoso, me escriban para saber si tengo la trama que necesitan y que si no me la encarguen… que si saben de alguien que lo precisa, que compartan lo que hago. 

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