La sorpresa, la guerra, las dudas, los miedos, los entusiasmos, la Patria, los amigos y enemigos, la indiferencia, el frío, el hambre, el viento helado, la vida que sigue, los bailes que no se acaban, las discusiones, los pro y los contra, las islas y el continente, la persistente grieta argentina que separa en temas que van desde simpatías futbolísticas hasta los temas políticos, económicos, sociales y culturales fundamentales en una sociedad. Desde la fundacional división entre morenistas y saavedristas, pasando por unitarios y federales, conservadores y radicales, peronistas y gorilas, hasta la disputa sobre quién es el mejor número 10 del fútbol.
Siempre nos encontramos cara a cara en la diferencia. Malvinas no fue la excepción.
Malvinas, sustantivo propio que es un gran envase de diversos contenidos emotivos y sentimentales, geopolíticos e históricos. Desde la dificultad para calcar los mapas en la infancia, el aprendizaje de nombres y la letra de una marcha; pasando por la adolescencia partida por el dolor de ver las caras de pares que partían hacia una guerra lejana; la alegría de oír la radio con música nacional; la emoción de colectas multitudinarias y la vida que seguía igual; los comunicados con cifras mentirosas y Radio Colonia contando otra guerra; la memoria y la desmemoria del final y de la vuelta. El silencio nos inundó, las preguntas nos callaron, las respuestas nos convirtieron en murmuros.
Con el tiempo el arte, el periodismo, el cine, la música nos fueron trayendo brisas que se convirtieron en vientos helados. La indiferencia,el ocultamiento, la discriminación... los monumentos, los museos, los carteles... la memoria.
¿Cómo reconstruir una memoria fragmentada? ¿Cómo estimular los sanos olvidos? ¿Qué preguntar? ¿Qué preguntarnos? ¿Qué hacer con las respuestas? ¿Cómo hilvanar diez mil versiones para escribir una historia, nuestra historia?
Por eso los espacios abiertos para el diálogo franco, sincero y respetuoso, para entender palabras y silencios, miradas, sonrisas y gestos, son imprescindibles para generar resiliencia sociocultural. Promover sus principios movilizantes, la historia, los valores, la pertenencia, la capacidad para expresarse, la salud comunitaria, el humor social, la educación, es fundamental para poder resolver esta ecuación: Malvinas, resiliencia, Malvinas. Para recobrar sentidos juntos, para capitalizar experiencias, para que juntos seamos distintos, para vislumbrar un futuro con menos muerte y mejor vida.
http://programamalvinas.com.ar/
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Muchas gracias por compartirnos esta experiencia. http://programamalvinas.com.ar/index.php/2016/08/29/historias-de-vida/
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