GIRA, Grupo de Investigación en Resiliencia Aplicada, estuvo presente en Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz, Argentina.
En una de sus provincias más australes del país, se encuentra esta comunidad tan unida al petróleo. Una inmensa escultura sintetiza esta intensa relación. No sólo económica, le ha dado características sociales, culturales, demográficas y culturales especiales.
La geografía, la meseta patagónica, tan imponente, tan desértica, tan preponderante hace del paisaje y el clima factores que influyen en el carácter, no sólo en lo individual sino también en lo colectivo. Pocas palabras, mucha observación e introversión, cierta templanza frente a la realidad. Pero que en medio de dificultades de ámbitos que parecen no depender del nivel personal, puede observarse una actitud cercana a la resignación.
Una cuota de dinamismo basado en la esperanza y en la resiliencia puede ser una posible salida. La libertad para expresarse, comunicarse y relacionarse siempre son facilitadoras de nuevas redes, acuerdos, uniones que fortalecen a todos los individuos de una comunidad: a los que ya tienen dicha capacidad, pero sobre todo a los que carecen de voz u oportunidades para expresarse.
La independencia es la impulsora de nuevas acciones, conductas y actividades sociales que desde la autonomía permiten que las diferentes libertades se manifiesten.
Todo va unido al desarrollo de un pensamiento crítico individual, pero también colectivo, favorece una lectura de la realidad que evalúa a la misma valorando todos los aspectos de la misma, considerando todos los aspectos de la misma, más allá de la consideración que se tenga de ellos favoreciendo la reflexión sobre las verdaderas posibilidades de cambio y modificación que exitan para pensar en un bienestar general y personal.
La iniciativa como aquella fuerza que empuja a la acción, a dejar la pasividad para actuar con un movimiento que implique una conducta proactiva que tienda a modificar la realidad, evitando la resignación.
Las actividades sociales y culturales que promuevan la resiliencia sociocultural serán siempre favorecedoras de un crecimiento personal y colectivo. La Feria del Libro de Caleta Olivia constituyó una de ellas. Con actividades culturales que rodearon al libro, como objeto de uso, como fuente de aprendizaje, crecimiento, reflexión y encuentro, tuvieron lugar espacios sumamente ricos.
Adolescentes y jóvenes pensando juntos sobre el futuro, preguntándose y respondiéndose, no solamente entre ellos sino que a través de cartas, con otros jóvenes de otros lugares, para poder reflexionar sobre la realidad presente y vislumbrar el porvenir. Hablando de la resiliencia aplicada como una posible herramienta para mirar y remirar críticamente la existencia humana.
Como también hubo espacios de exposición y debate con distintos miembros de la comunidad con diferentes roles y posturas, para permitirse preguntarse, discutir y disentir juntos, no descuidando la importancia del respeto humano del otro, que no siempre piensa igual, que es diferente y actúa distinto, pero con el que, indefectiblemente debemos acordar para llevar una vida en común y constituir una comunidad.
Se presentaron los materiales bibliográficos sobre la mirada y se pudo hacer real una aplicación concreta de este constructo que no debe ser mal entendido como una forma de imponer una mirada, sino que al contrario empodera al individuo para que no sea instrumento de ideas ajenas que nolo benefician y que pueda crecer en pensamiento crítico y en una adaptación activa a la realidad.
Como las piedras de la playa son lo que son en tanto y en cuanto se considere su entorno, si se las retira del lugar y se la separa, ya no serán las mismas.