El diálogo con una directora de escuela (no importa de dónde) me permitió conocer la realidad. Aunque sea un recorte muy minúsculo de la misma, facilitó que me acercara a saber lo que sucede afuera y que la información que se me brindara, se uniera a mis conocimientos previos en la interacción de la que hablé antes. Pude ver el poder del compromiso y del no-compromiso con el quehacer, cómo la plenitud de una persona se alcanza con un hacer apasionado. Y se dispararon estas ideas sobre la institución escuela, que tomaron la forma de preguntas:
¿Qué era la escuela? ¿Cómo estaba la escuela antes? ¿Cómo se veía a ella misma? ¿Cómo relataban su vida los que eran parte de ella?
¿Qué es ser escuela hoy? ¿Cómo se ve ella misma? ¿Cómo se define? ¿Cuál es la representación simbólica que tiene de si misma? ¿Existe esa representación? ¿Qué es ser escuela hoy? ¿Quiénes hacen a la escuela ? ¿Qué relato hace de sí misma la escuela? ¿Se reconoce su mito fundacional de esta nueva etapa? ¿Quién escribe ese relato mítico? ¿Cómo escribe esta historia? ¿Hay héroes y/o heroínas en la misma? ¿Cuál es su misión?
¿Cómo será mañana? ¿Cómo quiere ser? ¿Qué podrá ser? ¿Para qué será?
Entonces, frente a estos interrogantes aparecen los saberes previos para intentar plantear una propuesta para acceder a las respuestas, de éstas dependerá el futuro de la institución, ya que sin pasado no se encuentra sentido al presente ni se puede proyectar el futuro. Sin sentido no hay institución. Es preciso re-escribir la escuela.
Entre las herramientas conocidas aparece el Storytelling, que es el arte de contar una historia. La creación y aprovechamiento de una atmósfera mágica a través del relato. En marketing es una técnica para conectar con los usuarios. ¿Por qué no usarlo para empatizar con todos los que integran a la escuela? ¿Por qué no hacer storytelling para crear colaborativamente la historia en común, explicar qué pasó y qué pasa para poder proyectar juntos un futuro cercano? A esto se le puede sumar como eje centralizador y organizador de tiempos, el Modelo GIRA, que aplica el nuevo armado conceptual de la resiliencia sociocultural: RSC SXXI.
Así se podría iniciar con un primer momento G: el abordaje de la realidad compleja desde una mirada crítica que facilite su conocimiento, su comprensión, su evaluación, su aceptación y si es posible su modificación. Para "Sentir empatía" y "Pensar una definición"de dicha realidad y así Gestar el relato mítico fundacional que permita co-construir entre todos la representación simbólica de la escuela: ¿Qué es la escuela?
Acciones: girar en torno a la realidad para verla de otros modos, garabatear el diseño de un símbolo representativo, gestionar las dificultades reales, gozar del trabajo colaborativo.
Un segundo tiempo I: para investigar cómo están los promotores personales de resiliencia sociocultural, idear cómo potenciarlos y desarrollarlos y así creer en ellos, para que todos sean parte y se sientan parte.
Acciones: indagar cómo están todos, integrarse para escucharse y expresarse, iluminar los recursos con los que se cuenta a nivel personal, implicarse en la tarea común desde ellos.
Una tercera etapa R: para realizar un co-transformación colectiva desde los promotores socioculturales de resiliencia y experimentar haciendo un primer esbozo o diseño del relato mítico y de la representación simbólica de la escuela: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?, tal como lo proponía Gauguin.
Acciones: reconciliar miradas, recapacitar sobre los recursos, renovar alianzas y reconstruir vínculos.
Y un último momento A: para aplicar el diseño conjunto y analizar los resultados, testeando qué se produjo en conjunto y desde ese relato y esa construcción simbólica, comenzar a avanzar hacia la Re-Evolución. Sólo se puede crecer desde un reconocimiento colectivo de lo esencial y desde una adaptación activa, que implique una acción colectiva y colaborativa.
Acciones: asimilar el pasado, activar los potenciales en el presente, actuar solidariamente y afrontar acciones colectivas hacia la meta común.
Así, en cada momento, los planteos y las preguntas traerán respuestas, en un escenario de confianza básica, libertad de expresión y de apertura de canales concretos de comunicación, para que nada quede en lo discursivo, sino en la proyección de acciones reales y concretas, en las que el encuentro genere pertenencia hacia lo simbólico que une, hacia identidad colectiva de "ser con otros" en un "nosotros" que conoce su pasado y escribe el presente para proyectar el futuro.
Más sobre la escuela:
Lic. María Gabriela Simpson.
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