La Resiliencia Ecosistémica (RE) toma como de la Resiliencia Sociocultural del SXXI la idea de la Re-Evolución: una evolución resiliente es aquella que desde un proceso de interacción dinámica entre las personas y el entorno, logra el Co-desarrollo de promotores personales de resiliencia (PP) y la Co-transformación del contexto desde los promotores socioculturales de resiliencia (PSC).
Entre los promotores personales de resiliencia, se encuentran: la consciencia corporal, la energía activa, el pensamiento/raciocinio, la plasticidad creativa, la identidad constructiva sólida, la gestión de emociones, la autonomía, la empatía, el humor, las habilidades sociales y talentos, el compromiso, la prospección y la espiritualidad y la búsqueda de sentido. De los cuales el pensamiento crítico, la razón aplicada e independiente, es esencial.
No puede darse ningún proceso de re-diseño resiliente sin la capacidad para pensar críticamente la realidad, sin poder aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea de la misma. El pensamiento crítico garantiza la construcción de una identidad sólida, la autonomía, la gestión de emociones y es la base para la promoción de todos los PP.
De la misma manera es esencial que el contexto sociocultural lo promueva, lo sostenga y lo considere imprescindible. Por eso, para la RE entre los factores socioculturales que generan resiliencia hay que promover: el desarrollo humano integral, espacios socioculturales innovadores, la identidad cultural, la pertenencia, los espacios expresivos, instituciones proactivas, distintos facilitadores de resiliencia, la conciencia colectiva y la solidaridad. En todos ellos, también la razón libre es indispensable, irreemplazable.
Pero, analizando el presente y el pasado de nuestro país, la Argentina, no se lo considera un bien a promover. Es más, de acuerdo a los hechos de la realidad, de hoy y de ayer, muchos trabajan y se esfuerzan para que desaparezca. Las políticas de distintos ámbitos así lo marcan, sobre todo en el área de la educación, en la que los procesos de aprendizaje no están ni estuvieron tratados como corresponde, para que sean los que promuevan resiliencia y pensamiento crítico.
Desde el nacimiento de nuestro país como intento de nación, allá por 1810, los "...ismos" nos empezaron, no sólo a dividir, sino a enfrentar en posiciones antagónicas, opuestas y ajenas a un diálogo productivo entre los que no comparten ideas ni miradas. Nunca se pudo articular con los "otros" en una sólida co-construcción. Los "...istas" de la vereda de enfrente, siempre son la oposición, siempre son el enemigo, siempre son la antítesis. Así es imposible llevar a cabo ninguna cooperación, ni aunar proyectos conjuntos de país o modelos de sociedad a alcanzar como metas colectivas.
Todos los "...istas", de todos los colores, de todas las posiciones, no tienen dentro de sí la vocación de construir colectivamente. Todos, pero todos, los "...istas" hablan con un discurso cerrado, con un relato súper estructurado en el que no habilitan ni el debate, ni el disenso, ni las dudas. Todas sus expresiones están armadas desde una ideologización fanática que deja afuera a aquel que quiera cuestionarlas, considerando como una afrenta la pregunta. Y por supuesto, que no hay "...istas" buenos ni "...istas" malos, todos son militantes de discursos y de ideas vacías que no provienen de una elaboración propia, razonada y elaborada con autonomía y fundamentos sólidos.
Para el poder reinante y los poderes en disputa, los sectoriales, los que ya están consolidados y los que quieren construirse, los "...ismos" son la materia prima de su constitución. Y los "...istas" personajes súper precisos, necesarios para repetir una y otra vez el guión de la puesta en escena, pensada y elaborada por otros, nunca por ellos mismos.
Por eso, los "...ismos" matan al pensamiento crítico, para que ninguno de los poderes pueda ser evaluado, valorizado, criticado y juzgado desde la autonomía de la razón de los demás, quienes siempre es más útil considerar como enemigos.
Así, los poderes y los poderosos de distintos "...ismos" son funcionales entre sí y en el fondo, se cuidan mutuamente, dejando que los "...istas" luchen y se embarren en lo bajo, sin gozar de ninguno de sus beneficios, sin derechos ni garantías, sólo con la idolatría y la antipatía como banderas.
En el medio, sufrimos y padecemos, los que sí queremos ejercer el pensamiento crítico, co-construir con los que piensan distinto, co-transformar esta realidad, co-elaborar una esperanza optimista... en definitiva, los que queremos Re-Evolucionar con otros, en un NOSOTROS que no sea una masa.
Hace tres años era así, hoy es así, mañana será así si no nos educamos, sino aprendemos, sino crecemos.
María Gabriela Simpson
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