26 febrero 2023

Cómo vibrar en RE: Tejer desde la #ResilienciaEcosistémica

 Tejer y tramar no es una actividad más. Ser tejedora o telera no es un oficio más. Implica una actividad compleja, donde se ponen en juego cuerpo, mente y alma. Se toca no sólo con las manos, el cuerpo danza, el alma se extasía y la mente medita. Las percepciones, las sensaciones, las intuiciones, los pensamientos, los sentimientos, las emociones, los valores se entretejen en cada punto, con cada hebra, con cada hilo de la urdimbre o de la trama.

Cuando Espacio R se transformó en Espacio R Tramas, pude conjugar muchos elementos de mi vida: la Resiliencia Ecosistémica, la Agroecología, el Triple impacto y los tejidos. Esta #hacerresiliente me permitió disfrutar de más de tres impactos (social, económico y ambiental), facilitó que todo lo que expresé en el párrafo anterior tomara forma en tramas. En cada una de ellas lo que sé, lo que siento, lo que pienso, lo que sostengo, se entreteje y aparece en un tejido. 

Y por qué unir todo? Porque la coherencia nos ayuda a mejorar. Saber sobre Agroecología, no sólo me trajo más admiración por mi hijo y por las nuevas generaciones que llegan para interrogarnos sobre lo que hicimos y hacemos, sino que me facilitó darle forma a la Resiliencia Ecosistémica y relacionarla con otros conocimientos otorgados por otras fuentes y actividades como el Triple Impacto. Entonces "hacer" era imperioso, "hacer con pasión, placer y compromiso" es urgente. 

Tejer siempre fue una fuente de alegría, una forma de regalar a otros no sólo prendas sino de regalar mis sueños y esperanzas. Pero qué mejor que hacerlo desde el compromiso ambiental y el consumo responsable. Así decidí empezar a tejer con hilados naturales, en lo posible producidos agroecológicamente: lanas naturales, hilados de algodón puros y agroecológicos. Tocar, sentir, ovillar, urdir, tejer y tramar con estos hilados me llevó a sensaciones únicas y nuevas. Y a decidir no volver a atrás. Tejer con hilados sintéticos ya era un placer, pero saber que esa lana provino de un animal alimentado y cuidado por otras personas, que lo vieron nacer y crecer; que otras personas hilaron esa lana, que la tocaron y que pasó infinitas veces por sus dedos y por sus almas, que otras almas las pensaron en colores y que la tiñeron naturalmente con plantas, flores y tallos, que también son expresión de vida... no tiene precio ni valor. Tramar con hilados de algodón que fue producido agroecológicamente por comunidades culturalmente integradas con valores humanos y ambientales, es también invalorable. Tejer con ellos es conectarse con todo eso.

Por eso, si pienso en hilados sintéticos, no quiero ir a comprar nuevos, con el excesivo gasto de recursos naturales que implica su producción. Prefiero re-utilizar y reciclar, no reducir su consumo, sino eliminarlo. Prefiero comprar hilados recuperados y procesados por personas y grupos comprometidos con la realidad. Por qué no deshacer tejidos no usados y volver a revalorizarlos en una bella urdimbre? Así destejiendo, lavando, armando madejas, ovillando esas viejas lanas sintéticas, siento que estoy haciendo algo por el ambiente, por el ecosistema... por nuestro ambiente, nuestro ecosistema. Así concretizo mis valores, conocimientos, sentimientos y deseos en objetos útiles y tangibles.

Así, que después de vivir intensamente todas las etapas del proceso (sueño, diseño y producción) del tejido, veo en esa trama una parte esencial mía y una parte esencial del mundo, me entretejo con él, con sus necesidades y sus urgencias. En cada proyecto hay mucho: desde el bautismo, desde la elección de su nombre hasta su finalización, en cada hilo, en cada pasada, en cada punto hay elementos que pueden presentirse y sentirse: la fuerza de una cordillera, el infinito del mar, la urgencia de un volcán, la calidez del sol, el poder de la nieve y la fertilidad de la pradera. 

Por eso tejo, por eso tejo con hilados naturales y reciclados, por eso creo que cuando tejo, me entretejo con otros y con la naturaleza, con el mundo, con nuestro mundo. Por eso cada manta, cada chalina, cada mantita de bebé, lleva algo más: un nombre, sueños, esperanzas, tiempo, minutos y horas de reflexión y meditaciones, pensamientos, deseos... y un poquito de mi alma, que quiero irse y volar por otros lados y vivir otros destinos, pensando que no todo está perdido.

Por eso las muestro, las cuento y las ofrezco en mi otro blog: 

https://catalogo-espacio-r-tramas.blogspot.com/

Así tejiendo desde la Resiliencia Ecosistémica, vibro en RE. 

https://music.youtube.com/watch?v=tjaz73Bn3WA&list=OLAK5uy_lOHq5uQ5LuQxVAq6RPT0Ky4G_2UuPP_fc     

  Cuerpo y alma (Pedro Aznar)

Alma al aras alas que pasan

Del ave que en vuelo anda

Ama el alma en mantra

Alma del lugar noche y fogata

Hazte luz y el fuego en llama

Llama al alma y canta

Canta y ama vive en cuerpo y alma

Sol de la naturaleza llama

Alma que al tramar tramas en mantras

Haz que el luz aves alas as

Salve al cuerpo y alma

Alma nombre a Dios o al que es amigo

Fiel en sí y a uno mismo

Voz del cuerpo y alma

Pensamiento y ama el alma en mantra

Que en el cuerpo un templo guarda al alma

María Gabriela Simpson

    

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