28 marzo 2022

Lala, la tejedora.

 Lala, mi abuela, fue quien me enseñó a tejer. 

Llené mis días de infancia viendo cómo se le iban las horas tejiendo. Tejía en el patio, en su sillón de caña de la galería, en la mesa del comedor diario, en el sillón del living... hasta en los paseos llevaba su tejido. 

Lo único que procuraba en sus distintas ubicaciones es que hubiera un recipiente contenedor para su ovillo saltarín. Yo miraba a esa esfera alegre moverse, inquieto como ella... no parecía importarle que con ese giro rítmico de deshiciera, se achicara o desapareciera. Se me antojaba que se sentía mejor al ser parte de una trama, trabajada, entretejida. Lala ovillaba maravillosamente: nunca con una tensión apretada, ni con demasiada soltura para que el ovillo de desarmara. Yo era parte importante de ese proceso: sostenía durante horas en mis brazos las madejas que compraba, casi al instante de llegar a casa. Indudablemente era ansiosa, súper ansiosa... característica que, también indudablemente, heredé.

No podía esperar para ovillar todo el material del nuevo tejido que había ideado, soñado o proyectado, no siempre en función de necesidades reales, sino, generalmente por deseos propios. Como tenía una hija, una nuera, cuatro nietos y dos bisnietos, siempre había clientes. Y cuando incursionaba en algo nuevo lo hacía para todas las mujeres. Por ejemplo las mallas con hilo y lúrex (un hilo brillante y duro que hacía el tejido rígido y a veces "pinchante". Recuerdo mi bikini roja y dorado... cada una elegía el tono y ella se empeñaba en tener por lo menos cinco proyectos a realizar que le ocuparían, un tiempo significativo: su ansiedad hacía que lo que debiera durar semanas se convirtieran en días, ya que con las agujas entre manos, lo único que hacía era tejer: todas las otras actividades le pasaban a segundo plano y las resolvía lo antes posible para sentarse y "tejer", nada más. Esta situación era muy beneficiosa  para los destinatarios del tejido, pero no para el resto. No se contaba con Lala para casi nada, sólo tejía y tejía, con una rapidez y determinación admirables.

Inventaba, puntos y tejidos, apenas miraba revistas o instructivos, probaba e inventaba. Así un día apareció con la idea del porta papel higiénico, cuando no se veía en ningún baño ni en ninguna revista de decoración. A la vez que innovaba reutilizaba, al porta papel que tengo en mi baño le puso como sostén una pulsera plástica de mi mamá que se había roto. A mí me tocó en color blanco porque la pulsera era blanca y había que reusarla. Creo que ni estaba pensando en mi baño propio, pero me lo tejió. 

Sólo ese tejido y mi vestido de novia me quedaron de los tejidos de Lala, sólo esos dos y un par de agujas número 5, de metal azul, metalizadas... Como verán también heredé su manía de NO guardar nada, o de atesorar pocas cosas: te tiraba todo lo que se le cruzaba... era peligrosa, como yo.  

En honor a ella, a Lala, el primer proyecto de Espacio R en la Línea Cedrón de objetos y casas, está este porta papel higiénico hecho con hilos recuperados y envuelto en una bolsa también reciclada.










Lala, un nombre que me sabe a aroma de lanas e hilos, un nombre con el que jugué para mi espacio textil, el nombre de Lala de Dios, una tejedora célebre, cuya vida y cuyos haceres son muy interesantes de conocer. Lala... parece que Lala es el nombre propio de los tejidos.

El tiempo pasa, el tiempo puede pasar, pero las esencias y los sentidos nos trascienden. 



 

18 marzo 2022

Las 3 R: +conciencia +#resilienciaecosistémica

 El cuidado del ambiente es esencial en Espacio R.

Las tres R son una regla para reducir el volumen de residuos  y de basura generada, debería ser parte del decálogo de toda empresa socialmente responsable. Reducir, Reciclar y Reutilizar ayudan a tirar menos basura, ahorrar dinero y ser un consumidor más responsable, reduciendo la huella de carbono.

Reducir... se trata de simplificar lo que se compra y se consume, ya que esto tiene una relación directa con los desperdicios.

Reutilizar... volver a utilizar las cosas y darles la mayor utilidad posible antes de que llegue la hora de deshacernos de ellas, disminuyendo el volumen de la basura.

Reciclar... someter los materiales a un proceso en el cual se puedan volver a utilizar, reduciendo de forma verdaderamente significativa la utilización de nuevos materiales y la basura en un futuro.

En Espacio R se propone y promueve: reducir la compra  de hilados sintéticos, reutilizar lanas e hilos de prendas que no se usan más y tejer con hilados naturales (producidos y tratados ecológicamente) y recuperados, reciclando materiales.

Con nuestra Línea Salvia nos proponemos alcanzar esta meta. 

La salvia, esta especie de arbusto perenne y ornamental, perfuma el jardín de nuestro taller. Atrae a invitados benéficos: abejas, mariposas y picaflores. Tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas y antiespasmódicas. La utilizamos como condimento e infusión, además de regalar una ramita en cada proyecto entregado. 

Así, desde la Línea Salvia, ahora ofrecemos antiguos proyectos tejeriles realizados anteriormente, que se pueden adaptar a nuevos usos y distintas necesidades.











Trabajamos en el reciclado de una prenda en desuso combinando con hilados recuperados de Estudio Ñ: se recreó una nueva musculosa.                                      

Y reformamos un poncho para que sea más cómodo de usar.

En Espacio R resiliamos, rediseñamos para co-transformar la realidad y re-evolucionar, evolucionar resilientemente. 

Nos comunicamos por nuestras redes y por nuestro mail:

resilienciasociocultural@gmail.com

#ResilienciaEcosistémica



14 marzo 2022

Espacio R: hilados y tramas resilientes.

El taller de Espacio R ya está casi listo, sólo faltan algunos detalles.


Con respecto al instrumental ya están armados y en funcionamiento bastidores y otras herramientas. Se espera para el próximo mes el telar de peine.



Algunos hilados ya ocupan las estanterías... los hilos reciclados ya son parte de los proyectos en marcha.



Cada rincón tiene su significado y está simbolizado por objetos y muebles "significativos" que son parte de mi historia personal, familiar y profesional. Diferentes muebles "valiosos" familiarmente, facilitan el habitar este escenario y disfrutarlo, recordando desde cuándo acompañan el andar, cuánto valieron y valen, cuántos momentos se vivieron con ellos.

Mi vestido de novia que me tejió mi abuela Lala...

La jaula de mi último pajarito, facilitador de resiliencia de uno de los años duros de la pandemia, que ahora libera alas de hojas y de plantas... 

Objetos y regalos de personas significativas de mi vida:  mis hijos, mi esposo, mi tío abuelo... amigas entrañables que están cerca, estén donde estén... fotos que muestran instantes infinitos... objetos y libros que son parte de mi existencia, que me hacen persona y que me acompañan en mis desafíos.




El taller de Espacio R es una gran ventana al jardín, que en tiempos de covid fue el mejor refugio, una excelente fuente de energía de vida. Se pobló de plantas, especialmente de aromáticas que hoy son el símbolo de cada hacer que quiero lograr. Le dan forma y contenido a mis ideas, las perfuman, las colman de sentido natural... me recuerdan que en la vida se entretejen no sólo lanas, sino seres vivos, individuos, hábitats, ecosistemas, biomas. El medio ambiente es parte esencial de lo que somos y hacemos y si lo olvidamos, también olvidamos algo de nosotros mismos, quedamos incompletos. Cada ser vivo de este escenario es importante para ser en plenitud y trabajar con pasión, más allá de los resultados. El proceso es lo que vale, el proceso de crecimiento y aprendizaje es lo que importa.

También están en él viejas producciones, antiguos proyectos, para revalorizar y quizás para reciclar. Nada se descarta, todo sirve. 

El pasado y el presente se tejen en una trama en la que los sueños, los proyectos y las ideas no son una hebra más: le dan brillo y luminosidad a este tejido, para guiar el hacer placentero y productivo.

También se entretejen las palabras, la creación de relatos es la base para encontrar el sentido. El sentido de la vida se plasma siempre en un hacer y este hacer no puede estar falto de ideas, conceptos, teorías y constructos, que son más que fundamentaciones intelectuales: implican valores y posicionamientos, una cosmovisión del mundo y un compromiso con la acción concreta, una postura ética y profesional. Por eso en Espacio R, todo lo estudiado, todo lo investigado, todo lo publicado, todo lo enseñado y aprendido... está presente, vívido. Por eso, a este espacio no sólo lo ocupan los objetos, lo colman las ideas.

Así, idear, pensar, sentir y hacer se unen integrando cuerpo, mente, alma y espíritu. Pero sin olvidar a lo colectivo, lo comunitario, lo contextual. Así, las ventanas son amplias y las puertas están abiertas a la interacción con otros, para compartir haceres y sentidos, para poder co-construir junto a otros, junto con otros, las transformaciones que deseamos y precisamos, para entretejer Resiliencia Ecosistémica, desde el Arte Textil (tan entramado en nuestra historia) y con una visión de desarrollo integral, donde se consideren los impactos económicos, sociales y ambientales. Espacio R quiere ser una empresa B, de Triple Impacto, para lo cual considerará a las nuevas economías (circular, del bien común, social y solidaria, etc.).

Estos son los ejes centrales y los detalles de este nuevo Espacio R... vamos a trabajar, vamos a entretejer con otros, resilientemente en cada proyecto, en cada trama, con cada hilado, considerando y priorizando a lo natural para generar Resiliencia Ecosistémica.



        




 





09 marzo 2022

Tejedoras de #resilienciaecosistémica.

Pensando en el nombre de este nuevo hacer, de este nuevo emprendimiento, inmediatamente apareció mi abuela Lala, de quien aprendí a tejer, a quien me parezco en muchos otros aspectos. 

De ella y de sus infinitos tejidos, me quedó mi vestido de novia, que realizó en dos días, con un diseño innovador de mi prima Laura. Hoy, ese vestido es un símbolo que sintetiza todo lo que siento y deseo para este proyecto. La vida es un vestido que perdura en el tiempo, que se teje día a día, co-construyendo con un otro, indispensable para ser. Precisamos de los otros siempre, no desde una carencia o una autoestima baja, sino desde la necesidad de interactuar, de intercambiar miradas, palabras y sentires. Lala tejía con pasión, con alegría, con entusiasmo. Así, creo que hay que vivir la vida: entretejiendo y tramando con los demás.


Por eso, aparecen los referentes, los que enseñan, los que contagian, los maestros.
Jugando en el universo virtual con el nombre Lala, conocí a esta maestra de los hilados, las tramas y el arte textil: Lala de Dios, una mujer extraordinariamente sabia y extraordinariamente sencilla, que enseña maravillosamente. No hay dudas que el nombre Lala, tiene que ver con el tejido en mi vida y en el mundo.     


Otras mujeres tejedoras me han enseñado que uno trasciende más allá de esta existencia por sus obras, especialmente cuando se hila, cuando se trama, cuando se teje. Las sensaciones de los que vivieron y disfrutaron sus tejidos (no sólo se usan, no se consumen) se atesoran las mismas con emociones fuertes. Cada punto, cada hilo, guarda todo lo que las manos tejedoras le impregnaron: pensamientos, sentimientos, deseos y fuerzas, de quien con pasión y amor las movieron incesantemente. Así, los nombres de Carmen y de Elba aparecen enseguida. Conmueve escuchar a un hombre hablar de esa abuela a través del recuerdo de sus pulóveres, saquitos o chalequitos.

También emergen los recuerdos de bellas tardes compartidas con amigas, entretejiendo charlas y tejidos.


El tejido es un saber ancestral que forma parte de nuestra cultura, de nuestra historia: quien, sea quien sea, teje trae el pasado al presente para proyectar un futuro.  Las tejedoras de alma(s) entretejen #resilienciaecosistémica. Eso es trascender y haber encontrado el sentido de la vida, eso es resiliar.   

04 marzo 2022

Reciclar y reusar... resiliar.

 La #resilienciaecosistémica implica un compromiso activo con el ambiente y con la humanidad, un consumo consciente y responsable y una conciencia que despierta acciones concretas.

Por eso en esta nueva etapa de Espacio R se creó dentro de lo que se crea y produce la "Linea Salvia", en la que el reciclado, la recuperación y la reutilización de hilados, lanas y tejidos es central.

Todos tenemos en el placard una prenda tejida que ya no usamos, y con amor, creatividad y responsabilidad puede transformarse en otra, que quizás con otra función nos ilumine el alma de recuerdos y afectos, sabiendo que no la olvidamos en el fondo del ropero, sino que la "resiliamos" y que "nosotros resiliamos" con ella. 

Espacio R quiere tener lugar y tiempo para estos haceres que convierten en acciones concretas nuestros deseos de cuidar al mundo. La felicidad no es dada por cosas nuevas, no todo el placer está en comprar, sino que el "re-hacer" puede re-construir nuestro placer con la re-creación de recuerdos.

El taller de Espacio R comienza la obra de re-construcción y remodelación, para lograr un renovado espacio físico que rescate el pasado, airee el presente y facilite el futuro.

Pero con el aroma de la salvia, que desde el jardín trae energía y alivio, estamos trabajando con varios proyectos que ya tienen dueñas, quienes los encargaron, sabiendo que reciclando se resilia.

Consulten por privado por tejidos que quieran reciclar. Ya se mostrarán otros que se están terminando y pronto estarán disponibles.

Llueve despacito pero en Espacio R se sueña, se trabaja, se disfruta... se recicla.







#lineasalvia
#resilienciaecosistémica
#economiacircular
#rediseñoresiliente