"... Nunca estos procesos se dan en soledad o en forma aislada, por definición la resiliencia tiene lugar en la interacción dinámica entre el sujeto y su medio. No depende sólo de las características propias del individuo. La presencia del ámbito social es fundamental para que éstas se desarrollen plenamente y salgan a la luz, para que la adaptación positiva tenga lugar y la adversidad quede reducida a una experiencia, que permite aprender pero, que no haga sucumbir al ser humano, protagonista de dichos procesos.
Estos se desarrollan porque las personas resilientes tienen entre sus características un pilar de la resiliencia denominado: “capacidad para relacionarse” y como ser social cuentan con un principio movilizante de su resiliencia sociocultural a la “capacidad de comunicación y de expresión”. Y también porque cerca de ellas se puede identificar a un “otro significativo” o “tutor de resiliencia”, que permite que las frases de las fuentes de la resiliencia se puedan expresar a través del “Yo tengo…” y del “Nosotros tenemos…”con base en la realidad personal.
Yo tengo:
Personas del entorno en quienes confío y que me quieren incondicionalmente.
Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros o problemas.
Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder.
Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender.
Nosotros tenemos:
Personas del entorno en quienes confiamos y que nos quieren incondicionalmente.
Personas que nos ponen límites para que aprendamos a evitar los peligros o problemas.
Personas que nos muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder.
Personas que nos ayudan cuando estamos enfermo o en peligro o cuando necesitamos aprender.
El aislamiento es la antítesis de la resiliencia: la incapacidad para relacionarse, la falta de ámbitos sociales o de posibilidades de interacción y el individualismo, impiden la natural tendencia del hombre para conectarse con otros y aprender, cumpliendo con la característica de ser social: sólo crece cuando se vincula.
El poder enfrentarse y conectarse con las dificultades y el tomar contacto con la adversidad propia y la de otros, permiten visualizar los puntos débiles y los fuertes de cada uno y favorecen el aprendizaje. El “otro” puede ser la fuente de ese aprendizaje, no siempre todas las respuestas para todas las preguntas, están en uno mismo. Así el enfrentamiento con la adversidad y su resolución son más efectivos y positivos.
La resiliencia se basa en la interacción, tiene entre sus pilares a la capacidad para relacionarse que es la habilidad para establecer lazos e intimidad con otra gente, para equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a los otros.
La resiliencia sociocultural tiene como motores de la misma a la capacidad de expresión (previamente con introspección: un movimiento hacia la interioridad y la subjetividad que permite luego el inverso) y a la capacidad para comunicarse (facilita el movimiento hacia el exterior y hacia los otros, o sea hacia la objetividad). La introspección prepara un ámbito ideal para la reflexión y la vuelta hacia sí mismo, para desplegarse después hacia el afuera, pudiendo volver a ese refugio de resiliencia cuando sea necesario.
Estos principios movilizantes favorecen miradas más abiertas, con distintos puntos de vista y abordajes inter - multi y/o transdisciplinares que permiten aplicar concretamente el nuevo paradigma de las Ciencias Sociales, que propone un modelo salugénico, superador de conflictos.
“La participación con tolerancia y respeto por el disenso es otra buena manera de abordar los conflictos, así como la expresión emocional a través de formas simbólicas y no destructivas.”
Marina Müller
La comunicación es fundamental: con las distintas relaciones se obtiene información sobre el entorno y se puede comprender al otro. Esta actividad psíquica implica pensamiento y capacidades psicosociales de relación, junto a la utilización del lenguaje. Los seres humanos tienen la capacidad de expresarse a través de distintos medios, utilizando distintos formatos, canales y códigos, permitiendo elaborar la adversidad, el dolor y salvar situaciones conflictivas y con la comunicación logran la conexión con el medio, evitando el aislamiento.
La resiliencia, hace que la persona construya y mantenga los recursos propios como factores de resiliencia y que se conecte con otros para que al interactuar reconozca su adversidad y encuentre en los demás, la ayuda necesaria para hacerlo.
La capacidad de expresión facilita el desarrollo de distintos códigos y canales de comunicación para sacar afuera, modular y jugar con el dolor, transformándolo y recreándolo para no ser vulnerable ante él. La fantasía, la imaginación y el arte son terapéuticos."
Simpson, M. G. (2014). 11claves para generar resiliencia.
Buenos Aires: Ed. Bonum.
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